hacer un huerto
Hacer un huerto: plantar cebollas
Puedes plantar variedades blancas para consumir tiernas o de invierno para conservar colgadas. Son poco exigentes, salvo que no les gustan las tierras húmedas o con materia orgánica fresca. En mesas de cultivo crecen cómodamente, pues sus raíces son poco profundas. Aguantan bien el invierno, por lo que puedes tener cebollas en el huerto durante todo el año.
Hacer un huerto: plantar calabazas
Son fantásticas, otro de mis cultivos favoritos, siempre que dispongas de bastante espacio para que puedan esparcirse a sus anchas por el terreno. Las hay de muchos colores, tamaños y formas curiosas. Si quieres una cosecha abundante deberás dejar sólo algunos frutos por planta. De todos modos, como se conservan muy bien durante meses después de la cosecha, tienes calabazas en la despensa hasta casi el verano siguiente.
Hacer un huerto: plantar zanahorias
Su única exigencia es una tierra mullida, libre de piedras y de plantas invasoras. Se cultiva a partir de semillas esparcidas sobre la tierra húmeda y ligeramente cubiertas. La verdad es que les cuesta un poco germinar y quizá se gana algo poniendo las semillas en remojo la noche antes de la siembra. Cuando empiezan a crecer es necesario el aclareo, dejando sólo una zanahoria cada 6 u 8 cm. En mesas de cultivo las zanahorias no se harán demasiado largas por la escasa profundidad del suelo.
Hacer un huerto: plantar judías
Puedes plantarlas sin límite, en variedades verdes, amarillas, púrpura, finas, anchas, largas, de palo o de mata baja. Es un cultivo fácil y productivo, que apenas requiere abono orgánico. Puedes consumirlas en verde, en granos frescos en otoño y congeladas o como alubias secas durante todo el año. No les gusta el frío. Para el cultivo en balcón o terraza es mejor utilizar variedades de mata baja, salvo que puedas dejar que suban hasta casi 4 m de altura.
Hacer un huerto: plantar pepinos
Con más de una o dos plantas ya no sabrás qué hacer con ellos en verano. Estudiarás todas las salsas, sopas frías y ensaladas, porque son inusitadamente productivos. Se siembran en abril o mayo, les gusta el calor, y los podrás cosechar durante todo el verano y el otoño, mientras no hiele. En las terrazas, puedes hacer que trepen por las barandillas o que cuelguen y repten entre las mesas de cultivo. Es una planta que se cuelga con facilidad de sus vecinas.
Hacer un huerto: plantar tomates
Hay una infinidad de variedades y lo mejor es escogerlas de tipos diferentes, sean grandes, prietos, de pera, de racimo o de colgar. En los huertos en balcones y terrazas, los tomates tipo cherry tienen una productividad sorprendente. Ten en cuenta que la tomatera es una planta que exige calor y requiere abonados orgánicos abundantes. En el campo no debe trasplantarse demasiado pronto, ya que las plantas padecen y no por eso crecerán luego más deprisa o más grandes. Los trabajos hasta el verano serán los de atar a cañas, despuntar, suprimir los brotes laterales que salen de las axilas de los tallos y regar, regar mucho.
Hacer un huerto: preparando los bancales
Si dispones de un espacio de terreno puedes utilizar para crear tu huerto varios sistemas de agricultura ecológica. Uno de los más clásicos para horticultura doméstica, descrito con detalle por Mariano Bueno en su libro El huerto ecológico familiar, es el de la construcción de bancales elevados, cuyas instrucciones resumo a continuación:
• Para empezar deberás cavar la tierra en toda la superficieque ocupará el huerto, lo más profundo posible,retirando las malas hierbas y las piedras que puedas encontrar, y mezclando la tierra con compost que habrás esparcido. En este primer momento puede ser útil un pequeño motocultor.
• Delimita con estacas y cordel rectángulos de 120 cm de ancho y cuatro o seis metros de largo, dejando entre ellos pasillos de 50 a 70 cm. El objetivo es no pisar nunca la superficie cultivada y poder alcanzar con la mano cualquier parte del bancal desde uno u otro lado del pasillo.
• Echa la tierra acumulada en los espacios destinados a pasillos al interior de los bancales, que alcanzarán una altura de 20 a 40 cm. Da una forma regular a los bancales y alisa la parte superior con el rastrillo.
• Esparce dos o tres dedos de altura de compost sobre cada uno de los bancales e instala tres hileras de tubo para riego por goteo, que ya vienen con agujeros cada 33 cm, una en el centro y las otras dos a los lados.
• Ya puedes trasplantar, procurando que las raíces queden próximas a los agujeros del riego por goteo. Con todo el bancal bien plantado, puedes recubrirlo con acolchado de paja, hojas u otro material vegetal que mantenga la humedad del suelo pero lo deje respirar.
Otro método muy eficaz es el descrito por Gaspar Caballero en su obra Parades en crestall. El huerto fácil, sobre la misma idea básica pero con algunas aportaciones muy ingeniosas.
Hacer un huerto: libros para iniciar un huerto ecológico
Estos son los que entresacaría de mi bliblioteca hortelana:
Bueno, Mariano. El huerto familiar ecológico. La gran guía práctica del cultivo natural. Barcelona: Integral / RBA Libros. 1999.
Quizá la obra más completa y práctica para iniciarse en el cultivo ecológico en España, una de las primeras no traducidas (escritas para otros países, con diferentes climas y tradiciones) y con experiencia práctica de primera mano por parte de su autor. Se ha renovado y actualizado en sucesivas ediciones desde que me tocó dirigir la editorial en el momento en que se realizó la primera edición, un proyecto que parecía imposible, hoy un clásico para todos los aficionados al huerto.
Bueno, Mariano. Manual práctico del huerto ecológico. Estella: La Fertilidad de la Tierra. 2011.
Una síntesis con la información básica y actualizada de El huerto familiar ecológico, expone de forma concisa y gráfica los métodos y técnicas de cultivo que han demostrado dar mejores resultados.
Aubert, Claude. El huerto biológico. Cómo cultivar todo tipo de hortalizas sin productos químicos ni tratamientos tóxicos. Barcelona: Integral / RBA Libros. 1987.
Otro de los clásicos de la agricultura ecológica que tuvimos el placer de publicar en Integral. Lleva tantas ediciones que el propio Claude Aubert ha perdido la cuenta. En sus primeras páginas leímos por primera vez el proverbio chino tantas veces repetido:
«Si quieres ser feliz una hora, embriágate;
si quieres ser feliz un día, mata a tu cerdo;
si quieres ser feliz una semana, haz un bonito viaje;
si quieres ser feliz un año, cásate;
si quieres ser feliz toda tu vida, cuida tu huerto».
Conocí a Alvaro Altés, un indiscutible padre intelectual de la agricultura ecológica en España, mientras él trabajaba en la revisión de este libro y compartimos miles de horas peleando por tirar adelante Integral, en la redacción y en el consejo rector de la cooperativa editora. Nos dejó pronto, pero siempre está en nuestra memoria y en los innumerables libros y artículos que tradujo, revisó o escribió.
Caballero de Segovia, Gaspar. Parades en Crestall. El huerto ecológico fácil. Autoeditado. 2002.
Es el método con el que empecé mi huerto montañés. Puedes comprarlo directamente en la web de Gaspar Caballero. También ofrece un Dvd bastante instructivo.
Lespinasse, Jean-Marie. El huerto más natural. Estella: La Fertilidad de la Tierra. 2012.
Mi próximo experimento. Un método similar al huerto sinérgico de Emilia Hazelip, sin trabajar la tierra, con acolchados permanentes.
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Si quieres iniciar un huerto en balcón o terraza, mira estos libros.
Hacer un huerto: planificar los bancales
Antes de empezar tu primer huerto estudia lo que puedas, por ejemplo, en alguno de los libros recomendados en estas páginas. Toma notas y dibuja tu huerto. Intenta planificar y no plantar a capricho. Piensa qué te gustaría comer y cuándo, calculando el ciclo normal de crecimiento de cada planta.
Conviene plantar escalonadamente las verduras y hortalizas que quieras consumir de un modo continuado o deberás hacer conservas, congelar o regalar las que maduran todas a un tiempo. Personalmente, no me importa que un grupo de tomateras maduren de golpe en un par de semanas, porque casi las planto con la idea de hacer conserva de tomate para el invierno, y ya puestos a pelar y hervir calderos, mejor dejar el trabajo hecho en uno o dos días de jaleo en la cocina.
Las rotaciones de cultivos y las asociaciones favorables o desfavorables de plantas no han de quitarte el sueño inicialmente, aunque cuando las tengas estudiadas verás la conveniencia de repartir los bancales por grupos de familias e ir rotándolas en sucesivas temporadas de un bancal al siguiente.
Así, en el mismo bancal plantarías, por ejemplo, por este orden:
• Primera temporada: leguminosas (judías, guisantes, habas) y crucíferas (coles, rábanos, nabos).
• Segunda temporada: solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas).
• Tercera temporada: compuestas (lechugas, escarolas), quenopodiáceas (acelgas, remolachas, espinacas) y cucurbitáceas (calabacines, pepinos).
• Cuarta temporada: umbelíferas (zanahorias, apios, apio-nabos), liliáceas (cebollas, puerros, ajos).
• Quinta temporada: vuelta a empezar la rotación con leguminosas, que son las plantas que mejoran más el suelo, seguidas de solanáceas, que son las plantas más exigentes.
Las plantas plurianuales (alcachofas, fresas, espárragos) permanecen en el mismo bancal.