La vista en el huerto - huertos.org

Para quien pasa la mayor parte del tiempo en habitaciones cerradas con una profundidad de visión de unos pocos metros o mirando la pantalla de un ordenador o un móvil, cualquier estancia al aire libre resultará beneficiosa para la vista. Los músculos oculares también necesitan su gimnasia para mantenerse en forma, necesitan mirar cerca y lejos, a derecha e izquierda, arriba y abajo. Éste es un ejercicio básico, que se realiza de forma natural cuando trabajas en el huerto: encontrar las judías escondidas, examinar unas manchas en las hojas, seguir el vuelo de una abeja, mirar las nubes o las montañas. Esta serie de movimientos oculares se complementa con impresiones en la retina, que contraen y dilatan el iris, que obligan a hacer «ajustes de color» o a adoptar ángulos de visión inesperados. Todo para convertir la experiencia del huerto en un espectáculo visual, con infinidad de colores, formas, texturas e iluminaciones, con luces y sombras cambiantes, con miradas a las plantas desde abajo, a vista de hormiga.

Una de las capacidades que más pronto se desarrolla trabajando entre las plantas es la diferenciación, sin llegar a la finura de algunas tribus amazónicas, de los muchos matices del verde. Empezar a describirlos e intentar reproducirlos con pintura puede ser un juego para desarrollar el sentido artístico: verde hoja de ortiga en verano, verde hoja demaíz, verde manzana, verde pimiento, verde tomatera con exceso de riego, verde musgo en la piedra…

Las personas mayores han de ser prudentes durante eltrabajo en el huerto, evitando movimientos bruscos o la pérdida de las gafas, ya que los problemas de visión pueden aumentar al aire libre, por bruscos cambios entre luces y sombras o por un sol muy intenso, que pueden resultar desconcertantes.

Del libro El huerto curativo, Capítulo 1: Un lugar sin estrés