El cultivo en terrazas o en bancales bien abonados permite producciones más intensivas de las que se producían en las huertas tradicionales. La alternancia en el suelo de plantas con estructura de raíz, forma de crecimiento o altura complementarios permite ganar bastante espacio. Por ejemplo:
• Plantas con crecimiento de raíz complementario:
Judías – zanahorias, judías – apio, judías – maíz, judías – rábanos, judías – calabacín, calabazas – cebollas, zanahorias – cebollas, maíz – lechugas, maíz – patatas, berenjenas – cebollas, puerros – zanahorias, lechugas – zanahorias – cebollas, lechugas – rábanos, guisantes – rábanos, pimientos – cebollas o espinacas – cebollas.

• Plantas que dan sombra – plantas que toleran sombra:
Judías bajas – apio, judías (bajas o de palo) – lechugas, judías (bajas o de palo) – espinacas, coles y coliflores – lechugas, coles y coliflores – espinacas, maíz – lechugas, pepinos en espaldera – apio, pepinos en espaldera – lechugas, berenjenas – apio, guisantes en espaldera – lechuga, guisantes en espaldera – espinaca, tomates en palos – lechuga.
Para aprovechar el espacio en vertical pueden plantarse hortalizas trepadoras como los pepinos, las judías o los guisantes allí donde ellos mismos puedan engancharse. Los tomates también trepan, pero es necesario ir atándolos a alguna estructura que sirva de soporte.
En los huertos en terrazas también son muy útiles los contenedores verticales que permiten plantar en agujeros a diferentes niveles, constituyendo una torre ajardinada y muy productiva. Otra solución son las cestas colgantes, dejando colgar los tallos.
Escalona la plantación al ritmo en que irás consumiendo, si cortas dos lechugas por semana deberás plantar dos nuevas lechugas cada semana. Aunque ten en cuenta que casi todas las variedades de lechuga, escarola, acelga o espinaca permiten ir cortando las hojas exteriores, sin arrancar la planta, de modo que van creciendo nuevas en el tiempo en que volvemos para cosechar más.
Si realmente tienes poco espacio, puedes renunciar a cultivar variedades de verduras de ciclo lento o exigentes en espacio. Las cebollas para secar requieren cinco meses, pero las que se consumen en fresco estarán listas en apenas dos. Los tomates, pimientos y berenjenas ocuparán espacio al menos durante tres meses de verano, mientras que las acelgas, los guisantes o las lechugas, bien cuidados, se pueden consumir en poco más de dos meses desde su plantación.