Al menos eso parece al ver la granja urbana más grande de Europa, que ha empezado su producción en La Haya. Está en un edificio que Phillips utilizaba desde la década de 1950 y que ha reconvertido su terraza de 1.200 m2 en un invernadero hidropónico y la planta sexta en una piscifactoría donde se crían 200 tilapias al mes (sí, un pescado polémico, a ver como los crían). Las dos plantas funcionan con un ciclo casi cerrado, las deyecciones de los peces son reutilizadas por las plantas como fertilizante y las plantas purifican el agua que vuelve a los peces. Así esperan producir unas 50 tonelas de verduras al año, que sólo tendran que recorrer unos cientos de metros hasta los hogares, restaurantes o comedores colectivos donde serán consumidos. Se acabarón los camiones recorriendo miles de kilómetros para poner unos tomates en un supermercado de Holanda. Si tienes espíritu emprendedor curiosea aquí el proyecto  y la empesa suiza Urban Farmers que ganó el concurso para la reutilización del edificio.
Proyectos como este se van multiplicando en los últimos años, ya comentamos aquí la huerta bajo las calles de Londres, en un antiguo refugio antiaéreo. Algunos expertos ya dicen que los huertos y las granjas urbanas serán en pocos años tan normales como son hoy los parques y los jardines en las ciudades.