Es bueno buscar orientaciones al sur que den luz y calor a las plantas que más lo necesitan, como tomates, pimientos, berenjenas, melones, pepinos y calabacines, y proteger tras ellos a lechugas, acelgas, espinacas y otras especies que crecen bien a la media sombra, sobre todo en las zonas muy luminosas. Las hortalizas de fruto como las judías, tomates, pimientos, calabacines, berenjenas o pepinos necesitan por lo menos 6 horas de sol directo al día. Todas las demás pueden crecer con apenas 3 o 4 horas de sol, aunque mejor si disponen de más. Los árboles, edificios y otras estructuras del huerto o terraza pueden causar sombra en exceso. Ten
en cuenta que el ángulo del sol varía con el paso de las estaciones.