Su única exigencia es una tierra mullida, libre de piedras y de plantas invasoras. Se cultiva a partir de semillas esparcidas sobre la tierra húmeda y ligeramente cubiertas. La verdad es que les cuesta un poco germinar y quizá se gana algo poniendo las semillas en remojo la noche antes de la siembra.  Cuando empiezan a crecer es necesario el aclareo, dejando sólo una zanahoria cada 6 u 8 cm. En mesas de cultivo las zanahorias no se harán demasiado largas por la escasa profundidad del suelo.