Incluso en un pequeño huerto puedes crear un jardín medicinal para preparar con sus plantas algunos remedios tradicionales a los que se atribuyen virtudes para aliviar las dolencias más comunes, por ejemplo: manzanilla (calma la indigestión, regula la tensión y es buena contra la irritación de la piel), lavanda (calma y relaja, reduce el dolor, es antiséptica para cortes y rozaduras), aloe vera (excelente para afecciones de la piel), caléndula (buena para las quemaduras de sol, el acné y los granos, suaviza las úlceras y los problemas
digestivos), menta (buena para la digestión, la aerofagia y los dolores de cabeza), romero (ayuda a la memoria y a la concentración, estimula el optimismo y da buen aliento), salvia (para resfriados, congestión nasal y sofocos), hipérico (antidepresivo y buena para curar heridas, golpes y raspaduras en la piel) o violeta (antiinflamatoria, buena para el eczema y las erupciones de la piel).