Puedes plantar variedades blancas para consumir tiernas o de invierno para conservar colgadas. Son poco exigentes, salvo que no les gustan las tierras húmedas o con materia orgánica fresca. En mesas de cultivo crecen cómodamente, pues sus raíces son poco profundas. Aguantan bien el invierno, por lo que puedes tener cebollas en el huerto durante todo el año.