Junto con las habas, inauguran la temporada primaveral en el huerto, porque germinan a temperatura baja y aguantan bien el frío. No les van bien las tierras muy húmedas ni el abonado orgánico poco descompuesto. Hay variedades que trepan y se enredan en ramas y espalderas y otras de mata baja. Recogidos como primicia se pueden comer casi crudos. Los tirabeques se consumen con su vaina y son una verdura muy interesante en un momento en que el huerto todavía produce poco.