La primera vez que oí sobre él ya me pareció un tipo curioso. Y hoy me lo encuentro mientras me tomo un café y leo El País. José Encinas se dedicó a viajar tres años, a finales de los años 60, buscando semillas de melones por toda España. Desde entonces, este ingeniero agrónomo no ha parado y hoy nos recuerda que “el primer derecho humano es el derecho a la alimentación, pero respetando la sostenibilidad, la armonía entre seres humanos y no humanos y la diversidad que nos protege de la vulnerabilidad.”